Italia está particularmente afectada por COVID-19, pero la solidaridad es enorme: cada voluntaria AIC hace lo que puede según su edad, su situación familiar y la situación de su región.
Las voluntarias de la AIC trabajan solas, o con Cáritas, con los Padres de la Misión y las Hijas de la Caridad, o con asociaciones territoriales; en este momento es esencial colaborar.
En varias regiones, los comedores de la AIC siguen abiertos para distribuir comidas calientes y frías, teniendo en cuenta, por supuesto, todas las medidas preventivas indispensables.
En muchas ciudades se distribuyen paquetes o bonos de comida a las familias y padres de los niños que normalmente utilizan los servicios de apoyo escolar. Los profesores ayudan a los jóvenes a través de Internet.
Las fotos de arriba muestran tanto el trabajo como el entusiasmo de las voluntarias de la AIC, incluso en los momentos más difíciles.
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